La situación de los refugiados constituye la peor crisis humanitaria desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, de la que los ciudadanos sirios representan la cara más visible: uno de cada dos sirios ha sido desplazado desde que comenzó el conflicto. Las Américas albergan el 16% de la población mundial de refugiados (UNHCR, 2016). Actualmente, Argentina acoge a 3,200 refugiados de 65 nacionalidades y entre 2014 y octubre de 2017 Programa Siria, la respuesta del gobierno frente a esta crisis, recibió 828 solicitudes de asilo.
Desde 2013, el trabajo realizado por el British Council en el Medio Oriente ha alcanzado a más de 154.000 sirios y miles de personas en países vecinos, brindándoles ayuda para acceder a las habilidades y oportunidades necesarias para abordar situaciones de conflicto (tanto a individuos, como a comunidades, sociedad civil y proveedores de servicios). En este trabajo, el pilar fundamental del British Council ha sido un enfoque en la importancia del aprendizaje de la lengua local, lo cual ha dado lugar a investigaciones importantes y la publicación del informe Lenguas para la Resiliencia (Language for Resilience). En cuanto a las necesidades y prioridades de los refugiados, el idioma ocupa el segundo lugar en las prioridades, sólo superado en importancia por las necesidades elementales de casa, comida, seguridad y sustento. Aprender el idioma local da voz al refugiado, favorece el proceso de integración, y facilita el acceso al trabajo, a los servicios, la educación e información. Asimismo, el proceso de aprendizaje en sí ofrece oportunidades para procesar la experiencia de trauma.
Actualmente, el British Council en Argentina está llevando a cabo un proyecto piloto donde se trata de enseñar español por videoconferencia a refugiados radicados en el país que no tienen la posibilidad de asistir a clases presenciales. En este proyecto, se encuentra colaborando con el gobierno nacional de Argentina, con el fin de desarrollar esta solución en mayor escala.
Informe Lenguas para la Resiliencia
El informe Lenguas para la Resiliencia examina el impacto del idioma en los refugiados y las comunidades de acogida afectadas por la crisis siria, identifica las diferentes formas en que las habilidades lingüísticas mejoran la resiliencia y proporciona sugerencias para las respuestas del programa que abordan las necesidades clave.
Los autores llevaron a cabo investigaciones en el terreno en Jordania, la región del Kurdistán de Iraq, Líbano y Turquía, entrevistando a docentes, funcionarios del ministerio de educación, niños, padres, voluntarios y personal de organizaciones no gubernamentales (ONG).
Este informe se ofrece como una contribución al entendimiento de cómo el aprendizaje de idiomas construye resiliencia, ya sea dando voz a jóvenes y adultos, construyendo cohesión social en comunidades de acogida o proporcionando a las personas las habilidades que necesitan para acceder a trabajo, servicios, educación e información.
El informe muestra que para los niños y jóvenes que asisten a escuelas o educación postsecundaria, y para educadores en comunidades de acogida que manejan afluencias de estudiantes refugiados, el aprendizaje de idiomas de calidad mejora el logro y la asistencia y construye aulas más seguras e inclusivas. También ilustra cómo los enfoques creativos para la educación de idiomas pueden apoyar al desarrollo de habilidades para la vida y ayudar a satisfacer las necesidades psicosociales.