Las decisiones acerca de cómo evaluar tienen un gran impacto en el diseño de cursos y en las prácticas docentes. Esta entrada es una invitación a reflexionar sobre el tema y sus implicaciones para la enseñanza a distancia. Tom Booth ha estado trabajando para Cambridge Assessment durante los últimos 12 años. Se enfoca en productos digitales que articulan aprendizaje y evaluación. Intercambiamos con él sobre la importancia de tomar conciencia de los constructos vinculados a la evaluación, principios como la alineación constructiva y la evaluación enfocada en el estudiante, y cómo estos se traducen en buenas prácticas docentes.

Tom nos invita a pensar la evaluación de una manera integral, que vaya más allá de la aprobación de exámenes. En sus palabras, la evaluación es "cualquier acción en la que recopilamos evidencia y, lo que es más importante, usamos evidencia sobre el aprendizaje" (traducción del equipo de British Council). Esto puede incluir todas las acciones que los docentes llevan adelante, observan o notan cotidianamente en sus clases.

Las creencias de los docentes sobre la evaluación y el aprendizaje de idiomas afectan en gran medida su práctica docente. Por ejemplo, influirán en las tareas que prioricen, los temas a los que decidan dedicar más tiempo, etc. Por ello, vale la pena tomarse un tiempo para reflexionar sobre los constructos que les rodean, es decir, cuál es el entendimiento implícito o explícito sobre la habilidad o competencia que están tratando de evaluar, qué es lo que entienden por habilidad lingüística y, más ampliamente, por aprendizaje de idiomas.

Esta investigación realizada por la Universidad de Huddersfield con el apoyo del British Council exploró las creencias de los docentes sobre la temática.

Algunos conceptos sobre evaluación que reflejan buenas prácticas enseñanza y sobre los que vale la pena reflexionar son:

  • Alineación constructiva

En pocas palabras, esto significa que la evaluación, los objetivos y resultados de aprendizaje, así como lo que hacen los docentes y estudiantes en clase, están alineados, lo que, una vez más, implicaría que las creencias de los docentes sobre estos también lo están. Sin embargo, esto no suele ser el caso. Los procesos de aprendizaje son complejos y no siguen una línea recta. Comprender que incluso cuando los estudiantes tienen los mismos objetivos de aprendizaje, pueden tomar diferentes caminos para alcanzarlos, es clave para esta noción.

Como dice Biggs (2003) en este breve artículo en el que introduce el concepto, significa que "todos los componentes del sistema de enseñanza (el currículo y sus resultados previstos, los métodos de enseñanza utilizados, las tareas de evaluación) están alineados entre sí" (traducción del equipo del British Council).

  • Ciclo de evaluación enfocado en el aprendizaje

Este ciclo se refiere a la secuencia en la que un estudiante hace algo (por ejemplo, completa una tarea) y un docente observa algo sobre el desempeño del estudiante, hace algún tipo de interpretación y el estudiante recibe una devolución al respecto, lo que influye en lo que hace a continuación.

El hecho de que el profesor note lo que hace el estudiante es esencial, así como su flexibilidad para responder a ello. Debemos prestar mucha atención a los estudiantes para comprender dónde están, cuáles son sus necesidades y actuar en función de ello. Es especialmente importante tener esto en cuenta cuando los estudiantes están completando tareas, ya que son oportunidades para observarlos de cerca, aprender de ellos y utilizar estos datos para informar las siguientes decisiones de enseñanza.

En este artículo hay una descripción general del ciclo. Encuentra una discusión más completa sobre la evaluación enfocada en el aprendizaje en esta publicación de Cambridge University Press.

  • Implicaciones para la práctica docente

Estas consideraciones afectarán la planificación de clases. Se traducen en que los docentes deben diseñar tareas tomando en cuenta lo que quieren observar en los estudiantes cuando las estén completando, preguntándose: ¿Qué observaré? ¿Qué puedo aprender de mis estudiantes? ¿Qué puedo hacer con la información que obtengo al verlos hacer estas actividades? ¿Cómo puedo crear oportunidades para brindar devoluciones significativas?

La aplicación de estos principios en clases remotas requiere una planificación y armado cuidadoso de actividades. En contextos en los que todos los alumnos comparten el espacio físico y se conectan con el docente a través de un equipo de videoconferencia, puede ser un desafío detectar las necesidades individuales. Algunas acciones para atender esta dificultad pueden ser la ubicación estratégica del micrófono, la estrecha colaboración con los docentes de apoyo en el aula y el uso de otros medios de comunicación (por ejemplo, un chat) y plataformas de gestión de aprendizajes. En escenarios en los que cada estudiante se conecta desde una ubicación remota diferente, se necesitan diferentes estrategias, como utilizar las funciones de los programas de videollamadas para crear oportunidades para poder observar a los estudiantes de forma individual. Un ejemplo de esto es establecer grupos de trabajo en salas de grupo reducido que el docente puede monitorear para notar aspectos del desempeño de los estudiantes que informarán decisiones futuras.

Referencia

Biggs, J., 2003. Aligning Teaching for Constructing Learning. The Higher Education Academy [Online], Available from Aligning teaching for constructing learning | Advance HE (advance-he.ac.uk)