"Nativo digital” es un término que se utiliza frecuentemente para referirse a generaciones que nacieron con alta disposición de tecnologías digitales, a quienes les resulta natural su uso. Hay varios motivos por los que esta idea es problemática y puede tener un impacto negativo en contextos educativos. Este artículo es una invitación a dejar de lado el mito del nativo digital y prepararnos para acompañar a los estudiantes a navegar las complejas aguas de los paisajes digitales del siglo XXI.

 

El nacimiento del 'nativo digital' 

La noción de nativo digital se hizo muy popular a partir de los artículos de Prensky (2001) Nativos e Inmigrantes Digitales. Allí aseveró que existe una discontinuidad en la forma en que docentes y estudiantes piensan y procesan la información, siendo estos últimos nativos en el lenguaje de las computadoras, internet y videojuegos. Describió a esta nueva generación como una que está acostumbrada a “ la velocidad de tic, la multitarea, el acceso aleatorio, los gráficos en primera instancia, la fantasía, el mundo de recompensas y gratificaciones inmediatas de sus videojuegos, la MTV e Internet, se encuentran aburridos de la educación de hoy, con todo lo bienintencionada que pueda ser” (Prensky, 2001, p.19). Estas son ideas cómodas que encajan bien con nuestros pre conceptos intuitivos, lo que permite que nuestro sesgo de confirmación juegue a su favor. Sin embargo, esta descripción tiene una serie de limitaciones.

Una mirada crítica al término 

Para empezar, es difícil definir cuál es la generación nativa digital. ¿Son aquellas nacidas después de 1980? ¿Dónde marcamos el corte? Las generaciones no son homogéneas, la variedad en accesos, intereses, contextos, hace que haya grandes diferencias dentro de un mismo grupo de edad. Asumir lo contrario es una simplificación peligrosa. Además, el concepto no está respaldado por investigaciones y puede tener efectos nocivos si se toma al pie de la letra (Eynon, 2020). A continuación profundizaremos sobre esto. 

  • En primer lugar, si bien en gran medida las brechas digitales se han reducido en años recientes (el 71 % de los jóvenes de todo el mundo tenían acceso a Internet en 2017, según UNICEF), aún prevalecen en el Sur Global: el acceso a conexiones de Internet confiables y asequibles con datos suficientes para aprovechar al máximo las posibilidades del mundo digital siguen siendo inaccesibles para muchos. Las brechas en el uso crítico y efectivo de las tecnologías digitales es aún más amplio, ya que aquellos que pueden acceder a ellas a través de una computadora, hablan inglés o tienen un capital cultural que les ha posibilitado desarrollar habilidades digitales, tienen una experiencia de mejor calidad que aquellos que no. El 56 % de los sitios web en 2017 estaban en inglés, lo que significa que las minorías tienen una gama más pequeña de recursos a los que acceder. Asimismo, las niñas de todo el mundo están en desventaja en términos de acceso. El mundo digital refleja las desigualdades en otros ámbitos (género, contexto socioeconómico, capital cultural, etc.) e incluso puede profundizarlas (UNICEF, 2017). Como Eynon (2020, párr. 20) señala con respecto a la reciente crisis de COVID-19 en la que se cerraron las escuelas en muchos países, “finalmente se hizo visible para muchos las importantes desigualdades que existen tanto dentro como entre los países en relación con la habilidad de los jóvenes para acceder y utilizar las nuevas tecnologías. Muchos se sorprendieron por la magnitud del problema” (traducción del equipo de British Council Argentina).

El Covid-19 ““finalmente hizo visible para muchos las importantes desigualdades que existen tanto dentro como entre los países en relación con la habilidad de los jóvenes para acceder y utilizar las nuevas tecnologías. Muchos se sorprendieron por la magnitud del problema” (traducción del equipo de British Council Argentina).
Eynon (2020)

Este aspecto es una de las razones por las que cuestionar la idea de los nativos digitales es tan importante: produce una falsa sensación acogedora de igualdad digital que todavía estamos esforzándonos por alcanzar.

  • Además, no nos confundamos: el hecho de que muchos niños y adolescentes puedan hacer un uso intuitivo de varias aplicaciones, con énfasis en las redes sociales, la visualización de videos y los juegos, habla más de la capacidad de los desarrolladores para generar herramientas atractivas que de las habilidades digitales de los jóvenes. No significa que puedan aprovechar al máximo las posibilidades de las tecnologías digitales, que puedan navegar en línea de manera segura, que dominen las herramientas cotidianas como el correo electrónico o las hojas de cálculo o que puedan usarlas fácilmente para colaborar. Por ejemplo, ¿cuántos de tus estudiantes pueden trabajar de manera efectiva en documentos colaborativos en línea, saber cuándo responder a todos (¡o no!) en un hilo de correo electrónico u organizar grandes cantidades de datos para darles sentido?

Abordemos la alfabetización digital

Muchos docentes están erróneamente dispuestos a aceptar que no hay mucho que necesitemos enseñar a los estudiantes en relación con las tecnologías digitales, dejándolos a la deriva en las aguas turbulentas del paisaje digital de nuestro tiempo, y esto afecta más a los estudiantes menos privilegiados. Son necesarios esfuerzos explícitos para cerrar las brechas en el uso efectivo de las tecnologías y se precisan objetivos educativos bien definidos para que los docentes puedan guiar a los estudiantes para ayudarlos a convertirse en exploradores críticos e informados del mundo digital.

Un marco reciente desarrollado por Helsper y Vosloo para UNICEF (2022, p. 10) para abordar las desigualdades digitales considera todo esto:

Fuente: figura extraída de la publicación de UNICEF  “Towards a child-centred digital equality framework. Adapting for the future by adopting a more holistic approach — shifting from digital inclusion to digital equity” (p. 10)

 En este marco, se mencionan diferentes aspectos a considerar para tomar acciones hacia un futuro de equidad digital, que resultarán en el ejercicio de derechos de niños y adolescentes. Para esto, es necesario tomar en cuenta las características y recursos de los estudiantes, de forma comprehensiva (por ejemplo, su identidad de género y cultural, inequidades socioeconómicas, etc.). Si bien algunos de los puntos mencionados en el marco anterior deberían ser el centro de atención de quienes elaboran políticas educativas y de equidad (por ejemplo, acceso), está claro que hay otros en los que las escuelas y los docentes tienen un papel importante que desempeñar: sin dudas, pueden incidir en las motivaciones y actitudes de los estudiantes hacia las tecnologías digitales, así como desarrollar las habilidades que les permitan alcanzar un nivel de alfabetización digital alto.

Implicaciones para la enseñanza de inglés

Entonces, ¿qué implica esto para la enseñanza remota de idiomas y la enseñanza en general? Básicamente, significa que debemos incorporar las alfabetizaciones digitales en nuestras prácticas docentes como objetivos de aprendizaje, tanto en paralelo como en diálogo con los objetivos de aprendizaje de idiomas. Rudd (2015, p. 25) afirma que la alfabetización digital “incluye la capacidad de comprender cómo se pueden usar las herramientas digitales de manera significativa y cómo se pueden aprovechar para resolver problemas y crear oportunidades que antes no eran posibles. Ser alfabetizado digitalmente también significa que las personas pueden participar plenamente en los procesos democráticos, económicos y sociales de manera informada, segura y significativa” (traducción del equipo de British Council Argentina). Las prácticas de enseñanza del inglés deben abordar esto y, como todas las demás áreas de la educación, deben actualizarse constantemente para responder a los tiempos cambiantes, los nuevos desafíos y los desarrollos tecnológicos, con la pedagogía impulsando las decisiones sobre cómo abordarlos.

Es útil referirse a la taxonomía de Alfabetizaciones Digitales desarrollada por Dudeney, Hockly y Pegrum en 2014, que se enfoca en cuatro áreas principales: lenguaje, información, conexiones y rediseño. En relación con el lenguaje, plantean la necesidad de ir más allá de la lectoescritura impresa para incluir todas las demás formas de lenguaje que están presentes en nuestro mundo digital y que tienen características específicas: hipertextos, mensajes de texto, multimedia, juegos, codificación (más información sobre este marco aquí). Dudeney sugiere que una forma concreta en que se puede incorporar el desarrollo de estas alfabetizaciones a las clases de inglés es agregar objetivos de alfabetización, habilidades y tecnología en la típica planificación de la unidad temática (haga clic aquí para ver ejemplos y más detalles al respecto). Estas son algunas pistas de posibles pasos a seguir para afrontar los complejos retos educativos actuales.

Un llamado a la acción

El hecho de que las competencias digitales de los docentes tiendan a ser desiguales dificulta la acción, ya que muchos no se sienten con la confianza suficiente para liderar acciones de alfabetización digital. Como hemos visto, la generación a la que pertenecen los docentes no es un predictor confiable de su nivel de alfabetización digital, por lo que es esencial que las escuelas y los formuladores de políticas públicas hagan la inversión necesaria en programas de formación docente que les brinden herramientas para desempeñar un papel activo en la satisfacción de las necesidades digitales de sus estudiantes.

En conclusión, ya es hora de que acabemos con el mito del nativo digital y encontremos mejores metáforas que alienten a los docentes a ayudar a los estudiantes a aprender a navegar por la complejidad del mundo digital, equipándolos con herramientas que les permitan ser usuarios críticos y reflexivos de las tecnologías digitales disponibles y las que vendrán.

Para obtener más información sobre los mitos en relación con las tecnologías digitales y la enseñanza, mira este plenario de Lindsay Cladfield en IATEFL Liverpool 2019, que es una invitación a la reflexión.

Si este tema es de tu interés, visita nuestra sección de ideas para el aula, donde hemos incluido algunas actividades y planes de clase sobre alfabetización digital, y ¡vuelve pronto al sitio! Un próximo artículo tratará sobre la seguridad en línea.

Referencias

Dudeney, G., Hockly, N. and Pegrum, M., 2014. Digital Literacies. London: Routledge

Eynon, R., 2020. The myth of the digital native: Why it persists and the harm it inflicts. In: T. Burns and F. Gottschalk, eds. Education in the Digital Age: Healthy and Happy Children, Paris: OECD Publishing, Educational Research and Innovation. Available from https://www.oecd-ilibrary.org/sites/2dac420b-en/index.html?itemId=/content/component/2dac420b-en#chapter-d1e19069  

Helsper, E. and Vosloo, S., 2022. Towards a child-centred digital equality framework. Adapting for the future by adopting a more holistic approach — shifting from digital inclusion to digital equity. UNICEF. Available from https://www.unicef.org/globalinsight/media/2966/file/UNICEF-Global-Insight-Towards-a-child-centred-digital-equity-framework.pdf    

Prensky, M., 2001. Digital natives, digital immigrants part 1. On the Horizon [Online], 9 (5), pp. 1-6 Available from http://www.marcprensky.com/writing/Prensky%20-%20Digital%20Natives,%20Digital%20Immigrants%20-%20Part1.pdf

Prensky, M., 2001b. Digital Natives, Digital Immigrants, Part II: Do They Really Think Differently?. On the Horizon [Online], 9 (6). Available from http://www.marcprensky.com/writing/Prensky%20-%20Digital%20Natives,%20Digital%20Immigrants%20-%20Part2.pdf 

Rudd, T., 2015. Digital Literacy. Why schools and teachers need to take action. In Unlocking a world of potential. Core skills for learning, work and society. [Online] British Council, Pp. 24-28. Available from https://www.teachingenglish.org.uk/sites/teacheng/files/core_skills_brochure_unlocking_a_world_of_potential.pdf 

UNICEF, 2017. The State of the World’s Children 2017: Children in a Digital World. New York: UNICEF. Available from https://www.unicef.org/reports/state-worlds-children-2017 

UNICEF, 2017. The State of the World's Children 2017: Children in a Digital World. Summary. New York: UNICEF. Available from https://www.unicef.org/media/48601/file